sábado, 9 de mayo de 2009

Antes que la muerte nos separe..

El morbo de las personas puede llegar a limites verdaderamente insospechados. Primero conocimos la llegada de lapidas con videos personalizados y fuegos artificiales para lanzar las cenizas al cielo, y despues se coloco en un cementerio de Holanda la primera lapida digital. Ahora llega la nueva moda: organizar su propio funeral, para ver como sera, ya que cuando te toque el de verdad... no vas a estar para disfrutarlo. O si estaras, pero solo de cuerpo presente.

Un ejemplo es Honey Leveen. Tiene solo 48 años, y quiere un funeral que sea "una linda fiesta en un parque, con buena comida" y, sobre todo, "que no sea triste". Como cada vez mas estadounidenses, esta mujer de Texas recurrió a un "organizador de funerales" que ha negociado con ella cada detalle para cuando llegue "el momento inevitable": incineración, urna, parque, música y menú.

Honey Leveen no ha previsto todo eso tan joven porque esté enferma, sino porque, siendo su profesión los seguros, "le gusta prever las cosas con tiempo", según declara.

Cada vez más norteamericanos optan por organizar sus propios funerales. "Las personas están a cargo actualmente de los funerales de sus padres. Y son consumidores muy distintos de los de la generación precedente. Quieren que el acontecimiento sea único y elegir todo por sí mismos", dice Mark Duffey, fundador de la firma Everest, organizadora de funerales.

Cuando pueden prepararlo ellos mismos, optan por "un entierro personalizado y temático. Quieren que se acuerden de ellos. No quieren irse como la generación precedente, que no quería molestar a nadie. Ellos, por el contrario, quieren hacer ruido". "En vez de un ataúd lujoso, prefieren, por ejemplo, un conjunto de rock en un restaurante", agrega Duffey.

Estas ceremonias atípicas son posibles gracias a la progresión vertiginosa del número de incineraciones en Estados Unidos. En 2005, casi un tercio (32%) de los 2,4 millones de funerales del país fueron cremaciones (en 1990 solo eran un 17%).

"Desde el momento en que no está el cuerpo en la ceremonia, todo es más fácil. No se está ya atado por el féretro", explica Mark Duffey, que ha organizado ceremonias personalizadas para 65.000 clientes. Incluidos todos los gastos, un entierro clásico puede costar entre 10.000 y 20.000 dólares, dice.

Por esa suma, en lugar de un velorio, "se puede organizar un desfile de motos en un bosque, un paseo en barco o una comida en el restaurante favorito del difunto", añade.

Los empresarios tradicionales de pompas fúnebres tratan de adaptarse a la nueva moda. Uno de ellos, Arvin Starrett, de Starrett Funeral Homes de París (Texas), cuenta que trasladó el despacho de un banquero para reconstituir su lugar de trabajo en la sala del funerario.

Internet y el vídeo se incorporan también a las ceremonias fúnebres. Ya no son raros los "libros de condolencias en línea", pero el sector que se espera registre un verdadero auge son "los vídeos autobiográficos".


COMENTARIO:

Esta nota es un claro ejemplo de que dia a dia, el mercado de los eventos va creciendo.. al igual que se van generando ciertas necesidades en nuestros publicos metas.
Creo que en Argentina esto tdavia es algo chocante, no hay registro de caso alguno en el pais, sin embargo las modas de a poco se van extendiendo... asi como hace años en EE.UU contratar una wedding planner era algo indispensable, aqui se veia como algo totalmente exhuberante e innecesario aunque hoy en dia es algo mas comun.

Trata de recalcar y demostrar la vision que tienen ciertas personas sobre la muerte,es un tema que trae tanta polemica en el mundo...
Las personas que buscan especialistas para organizar este tipo de eventos son personas que buscan un solo objetivo. "celebrar y festejar de un modo personalizado" Y por que no? si bien hoy la mayoria de las familias compran parcelas en cementerios privados o nichos, porque no organizar nuestro velatorio de antemano?

Pero lo que mas me gustaria recalcar de la nota es que no existen barreras, modas, ni prejuicios a la hora de expandir y tratar de CREAR nuestros terrenos de trabajo.